lunes, 6 de octubre de 2014

Loca por la vida.

La observaba desde la ventana, viendo como andaba alegre cantando por el comedor, hasta que ella se fijó en él. 
"Podías haberme dicho que estabas ahí, así no me habrías visto haciendo el loco por la casa". Ella le abrió la puerta y fue a darle dos besos para saludarme, pero él, en vez de en las mejillas, prefirió dárselos en los labios que, como bien recordaba, sabían a Coca-Cola.
"Pero así es como me gusta verte, loca por la vida, porque así es la chica de la que me enamoré." Y así, ella y él, él y ella, que amigos sólo se creían, comenzaron el sueño que ambos cada noche compartían.